Trump en su campaña amenazó con romper el acuerdo de libre comercio
(TLC) entre México, Canadá y Estados Unidos. El alega que el acuerdo ha costado 850.000 empleos en Estados Unidos. No menciona que el acuerdo abrió el mercado mexicano del agro-negocio en Norteamérica que le arrebató el pan a millones de mexicanos pobres.
El tratado Nafta (Tratado de Libre Comercio de Norteamérica) entró en vigor el 1/1 de 1994. El acuerdo crearía 170.000 nuevos puestos de trabajo en los EE.UU. y dentro de dos años los agricultores estadounidenses exportarían sus productos trayéndoles prosperidad. Y que México se convertiría en una sociedad rica con estabilidad y crecimiento económico. El medio ambiente mejoraría, se garantizaría la salud pública y la calidad del aire y el agua sería mejor. (Ver artículo las tortillas gringas del diario El Tiempo).
El periódico ‘Le Monde Diplomatique’ resumió las experiencias de este acuerdo el año pasado:
«El Tratado Norteamericano de Libre Comercio NAFTA haría ricos a los consumidores, trabajadores y agricultores en Estados Unidos, México y Canadá». 20 años más tarde, el resultado es que un pequeño porcentaje de los más ricos se han beneficiado en el reparto, mientras que todos los demás han perdido masivamente. (Ver este tratado en Wikipedia).
NAFTA ha contribuido a rebajar los salarios en los Estados Unidos y ha aumentado la desigualdad de ingresos.
Las exportaciones subvencionadas de maíz estadounidense aumentaron en la primera década del NAFTA y esto le quitó el trabajo a más de un millón de agricultores y a otros 1,4 millones de trabajadores agrícolas mexicanos.
Los mexicanos desempleados acudieron a las denominadas fábricas ‘maquiladoras’ a lo largo de la frontera de los Estados Unidos. Estas fábricas son conocidas por la exención de impuestos, salarios bajos y condiciones de trabajo miserables.
NAFTA introdujo el sistema ‘inversionista-estado’ (ISDS), que también se planea ser llevado a cabo en el tratado de comercio trasatlántico TTIP. Los inversores se han echado al bolsillo más de 360 millones de dólares en compensación por las demandas judiciales contra las autoridades nacionales por la prohibición de toxinas y las regulaciones del uso del suelo, el agua y los bosques. Una demanda por 12 mil 400 millones de dólares está en espera de sentencia, donde inversores extranjeros desafían la política de patentes de las medicinas y reglamentos nacionales referente a la extremadamente perjudicial extracción del gas y petróleo de esquiste.
(Ver nuestro artículo sobre este tipo de petróleo)
¿Qué pasa con el comercio trasatlántico TTIP y la asociación de inversión TISA?
Estas son experiencias que valen la pena examinar mientras deliberan en secreto los creadores de la TTIP y TISA para afinar su enmascarado efecto. Las promesas de un gran crecimiento económico de la Asociación Transatlántica de Comercio TTIP y la de inversión TISA han sido creadas por el mismo instituto que ideó todas las promesas falsas antes de la implementación del tratado NAFTA. (Gary Hufbauer y Jeffrey Schott del Peterson Institute for International Economics).
Son las mismas promesas de crecimiento y prosperidad que podemos esperar aquí en Noruega por un eventual acepto de los acuerdos comerciales de comercio transatlántico y de asociación de inversión TTIP y TISA. Este paquete de falsedades que el gobierno noruego y la dirección nacional de los trabajadores LO y el Partido sosialdemócrata AP hayan muy positivas.
Qué va a hacer Trump con estos acuerdos sabemos muy poco, pero igual las multinacionales presionarán para obtener estos acuerdos bajo otros nombres y con otro «envase». No olvidemos el viejo dicho noruego: «vieja orina en botellas nuevas.»
El acuerdo entre la UE y Canadá (CETA) podría ser la siguiente estrategia. Así se elude a Trump y se permite que las compañías multinacionales operen desde Canadá en lugar de los Estados Unidos. Genial, no?
Autor: Øyvind Andresen
Traducción: noruego/today